LOS JUDÍOS NEGROS DE ETIOPIA
Por José Grau
Por José Grau
La identidad de los falashas interroga a los askenazi y al Judaísmo mundial.
Fue la noticia que acaparo la atención de todos los medios informativos la primera semana de enero (1985): varios miles de miembros de una tribu negra etíope - los falashas -, de religión judía, fueron trasladados a Israel mediante un puente aéreo mantenido en estricto secreto durante dos meses.
La denominada "Operación Moisés" venía siendo preparada desde hacía siete años. Su objetivo ha sido trasladar a todo un pueblo primitivo desde las montañas de Etiopía hasta un país moderno.
Es impropio hablar de "repatriación", o de "retorno", porque los falashas ni son oriundos de Palestina ni nunca antes habían habitado esta tierra como pueblo o nación. Su "Judaísmo" es de signo religioso y nada más.
El trasplante de mas de 7.000 etíopes de religión judía al moderno Estado de Israel ha supuesto una travesía de 2.000 kilómetros, mediante una complicada operación que los sacaba de la región de Gondar, cerca de] gran lago Tana en el norte del país, los llevaba por los campos de refugiados del Sudan para pasearlos finalmente por diversos aeropuertos europeos (mayormente Bruselas, Basilea y Roma) hasta llegar a Palestina.
Aunque planeaba desde hacía tiempo, la Operación fue propiciada por las circunstancias trágicas y calamitosas que han azotado Etiopía en los últimos meses. Y no sólo Etiopía sino un buen número de países africanos.
El hambre devastadora, las escenas multiplicadas en la TV y la prensa, ha servido para movilizar a todo Occidente y le han dispuesto para volcar su ayuda en favor de esta nación africana.
Cuando el ministro israelí de asuntos exteriores, Isaac Shamir, visitó Washington el pasado verano (1984) manifestó al gobierno americano que Israel estaría dispuesto a "participar en la erradicación del hambre de Etiopía". ¿De que manera? "con el traslado masivo de falashas a Israel, vía Sudan". Al parecer los Estados Unidos han colaborado con ayuda financiera, con gestiones diplomáticas, y otros medios, para la realización de la llamada "Operación Moisés".
Según información del diario israelí "Yediot Ajaronot", unos 3.000 etíopes de religión judía murieron en las primeras etapas del viaje, al huir del hambre y adentrarse en Sudan. El primer proyecto de rescatar alrededor de 20.000 judíos etíopes se ha visto malogrado. Sin embargo, el trasplante de más de 7.000, la mayoría con síntomas de malnutrición, con malaria y disentería, ha sido toda una odisea.
El primer ministro de Israel, Simón Peres ha declarado que no regateará esfuerzos hasta que rescate todos los judíos negros de Etiopía. Por el momento, son 7.000 los falashas que han desfilado por Ascalón, al norte de Gaza, para comenzar el difícil proceso de adaptación a su nueva patria. Se calcula que otros 4.000 esperan en los campos de refugiados de Sudan y que en Etiopía quedan todavía cerca de 10.000.
LOS FALASHAS: UNOS ''JUDÍOS'' SINGULARES
Aunque para la opinión publica la existencia de los falashas ha sido un descubrimiento provocado por este masivo traslado en los dos últimos meses de 1984, la gente bien informada y los estudiosos se hallaban familiarizados con ellos desde finales del siglo XVIII, gracias a los trabajos del explorador James Bruce al ir tras las fuentes del Nilo. Al ser visitados en 1867 hace algo mas de un siglo, por judíos europeos se sorprendieron ya que imaginaban ser las únicas personas de religión judía del mundo.
El judaísmo practicado por los falashas en Etiopía difiere del considerado ortodoxo por el Judaísmo oficial. Sus prácticas ancestrales así como sus creencias se hallan emparentadas de alguna manera con las leyes levíticas, pero a las mismas se les han añadido un buen número de influencias no judías. Desconocen totalmente el idioma hebreo. Parece ser que su observancia de algunas reglas higiénicas de la Torah les ha librado de ciertas enfermedades que solían azotar a sus vecinos, según datos recogidos en informes y libros 1 desde hace años.
Para poder sor incorporados a la plena ciudadanía judía, los recién llegados a Israel tienen que someterse a ciertos ritos: un baño público y la extracción de una gota de [sangre?] a modo de circuncisión simbólica. Y este después que, tras largos debates político-religiosos, se dictaminara que los falashas podían ser considerados judíos y como a tales acogerse a la Ley del retorno. Los sefardíes apoyaron desde el principio esta decisión pero los askenazi se opusieron durante mucho tiempo. Sefardíes y askenazi son los nombres de las dos comunidades mayoritarias del Judaísmo moderno.
La llegada de estos extraños y singulares judíos esta provocando tempestades políticas en los medios tanto de la extrema derecha como de la extrema izquierda. La presidenta de la comisión parlamentaria israelí para la inmigración, Gheulah Cohén, del Partido Nacionalista, ha presentado nociones de censura entre el gobierno por esta cuestión, al igual que la diputada del Partido Ratz, Sulamit Aloni. Pero es en la calle donde se plantean mayores dificultades: la conmoción es grande en amplios sectores de la población; la ultraortodoxa como la mayoritaria indiferente todos se sienten turbados. La mayor parte de la población desearían un Estado laico, plural y abierto, en contraposición al "jomeinismo" rampante de los rabinos ortodoxos. En la ciudad de Eliat, en elgolfo de Acaba, se negó agua y electricidad a un grupo de recién llegados con el pretexto de los racistas de todas partes: "No queremos negros aquí". El alcalde de una ciudad de Galilea, Menahem Ariav, se quejaba recientemente de que los "etíopes, los negros, llegan como ladrones en la noche". Estas reacciones no tienen nada de sorprendente pasa quien recuerde que durante lucho tiempo las autoridades israelíes negaron el derecho de ciudadanía previsto en la llamada ley del retorno a los falashas, por mas que estos insistían alegando su religión judía. Repetidas veces, los círculos ultra ortodoxos del Judaísmo dijeron que estos etíopes no tenían nada de judíos.
De manera que, tras el pintoresquismo de estas noticias, asoma el verdadero problema que todavía se halla a debate en Israel: ¿Quien es judío? ¿Como determinar el "judaísmo" de una persona? ¿Cuestión de ascendencia o de creencia? ¿Tiene que ver con la fe o con la sangre? ¿Con la religión o con la etnia?
¿CUANDO SE HICIERON "JUDÍOS" LOS FALASHAS?
En abril de 1982, el escritor Baltazar Porcel resumía así sus impresiones después de un viaje por Israel: "Allí se discute mucho hoy que es ser judío, y si el judaísmo - etnia, cultura, religión e historia -no se halla en contraposición con el sionismo - ideario político, la misma creación del Estado de Israel-. Incluso en estos momentos el partido integrista "Agudat Israel" impugna en el Parlamento la famosa ley "¿Quien es judío?", pretendiendo borrar tal condición a diversas pequeñas comunidades extendidas por el mundo y que se autocalifican como judías. Por ejemplo, una etiope, los falashas. Son negros, son etíopes, pero se reclaman descendientes de quienes acompañaron a la reina de Saba en su fastuosa visita al rey Salomón. Entonces se habrían convertido, aunque sus practicas y creencias difieran en parte de las ortodoxas. Habiendo sufrido persecución en Etiopía, emigraron a Israel, donde les envuelve esa polémica.
Es imposible establecer científicamente el origen de los falashas. Leyendas y mitos suplen los datos desconocidos de la historia. Incluso la identificación de la Etiopía bíblica con la Etiopía moderna es problemática. Existen indicios para suponer que la Etiopía de que habla la Biblia se corresponde mas bien con el actual Sudan meridional, que en los tiempos bíblicos se conocía también como Etiopía.
No se sabe, en realidad, en que momento de la historia estas gentes abrazaron la religión judía. Las dos hipótesis mas verosímiles parecen apuntar a la estancia de soldados y al establecimiento de colonias hebreas en la Isla Elefantina, sobre el Mito, hace 25 siglos, desde donde irradiaría la influencia que llevó a la conversión de los falashas.
Otra hipótesis sugiere que la adhesión de estos negros a la Ley de Moisés sería el resultado del impacto que produjo en ellos el trasiego de los comerciantes judíos que viajaban secularmente desde el actual Yemen hasta el lago Tana en el nacimiento del Nilo.
En cualquier caso, los falashas son etíopes de religión judía, no de raza. Esto resulta obvio para los científicos y huelga toda discusión al respecto. Pero los medios de comunicación, mas atentos al sensacionalismo que a la veracidad de los hechos, han desencadenado los resortes de la fantasía y han lanzado titulares como estos: "La Operación Moisés, un proyecto para recuperar la tribu perdida de Israel", "La repatriación de una de las diez tribus perdidas de Israel". Y así del mismo tenor. Ha habido incluso quien han dicho que los falashas pertenecen a la tribu de Dan. ¡Hay que ver la de cosas que se le atribuyen a la tribu de Dan ¡Desde la paternidad del futuro Anticristo hasta la negritud de los falashas!
DEL JUDAISMO FALASHA AL JUDAISMO ASKENAZI
Paradójica en grado sumo es la situación de los falashas, pero no menos la del grupo askenazi. Paradójica la actitud de oposición de estos últimos juntos con otros sectores minoritarios de la sociedad israelí. Paradójica, y contradictoria, porque si es cierto que los negros etiope difieren del tipo corriente de judío y si es verdad que no son descendientes de Abraham, no es menos cierto que el askenazi tampoco lo es.
Si la identidad judía se basa en la raza, es decir: la raza semita y mas exactamente en los semitas descendientes de Abraham, Isaac, y Jacob entonces nos encontramos con el hecho incontrovertible de que muchos israelíes, la inmensa mayoría de los ciudadanos del moderno Estado de Israel, al igual que gran numero de los llamados "judíos" en el resto del mundo, no son tales judíos. En este punto su situación es exactamente la misma en que se hallan los falashas: judíos de religión pero sin una gota de sangre semita en las venas.
Tanto los antepasados de los falashas como los de los askenazi tenían una cosa común, pese a las diferencias del color de la piel: ni unos ni otros tenían nada que ver con la descendencia de Abraham. Convertidos a la religión judía, pero no de etnia judía.
¿Quien es judío? ¿Sobre que base determinar el "judaísmo" de una persona?
Ciertamente, la situación es paradójica.
El Judaísmo actual es el resultado de un complejo proceso hecho o disolución progresiva en el seno de los pueblos con los cuales han convivido así como de asimilación e incorporación de toda clase de elementos humanos y culturales varios. Maxime Rodinson, un lúcido intelectual judío, ha investigado sobre los aportes que el grupo humano tenido por "judío" ha recibido de otras naciones y razas. Y enumera los siguientes:
"El estado judío de Arabia del Sur, del siglo VI, sobre base árabe judaizada; el estado judío turco de los Jazaros (o Kazaros), en el sudeste de Rusia, en los siglos VIII-X, sobre base turca y ugrofinesa y con una considerable aportación eslava posterior) los judíos de China tan bien achinados; los judíos negros de Cochin al igual que los falashas de Etiopia, Etc.".
Desde el punto de vista antropológico, prosigue Rodinson, "basta recorrer con los ojos una reunión de judíos de origen diverso para apreciar la importancia de los aportes extranjeros".
¿Sera por esto que la acreditada "Encyclopedia Brittanica" afirma que no hay tal cosa como una raza judía ("There is no Jevish race")?
El grupo askenazi no solo es mayoritario en el Judaísmo contemporáneo sino que constituye su fuerza más poderosa e influyente. Este grupo es el creador del movimiento sionista que abanderó Th.Herzl a finales del siglo pasado y ha estado gobernando casi siempre en el moderno Estado de Israel. ¿De dónde procede el askenazi? ¿Cuales son sus orígenes?
En el siglo XII constituía solamente el 7'6% de la judería mundial. En 1965 sumaban once millones y representaban alrededor del 87% de los judíos del mundo entero.
La "Encyclopedia Brittanica" (ed. 1973, Vol.13, pp. 320-330) traza la ascendencia askenazi hasta los Jazaros, convertidos al judaísmo en el siglo VIII, un hecho que conmocionó a Occidente y que celebró el poeta judío español Judas Haleví de Toledo en el siglo XI (1073), en bellos poemas.
Los Jazaros se extendieron por todo el Este de Europa hasta Rusia. A partir del segundo milenio toman el nombre de askenazi.
Originalmente, este nombre servía para designar un pueblo que se menciona en Gn.l0:3 y 1 Cr. 1:6. Se trata de los descendientes de Gomer, el tercer hijo de Jafet.
El termino askenazi que primero aludía a las gentes del norte del Eufrates se extendió por obra y gracia de las migraciones sucesivas a la actual Turquía, Rusia, y sobre todo a los grupos de origen Jazaro y de religión judía que habitaban en Alemania, Polonia, Hungría, Lituania, etc. De allí emigraron después a todo el mundo. Si algo esta claro y fuera de toda duda es que estos "judíos" no son semitas sino jafetitas; no son descendientes de Abraham, ni siquiera de Sem, sino de Jafet. Con excepción de la minoría sefardí, de origen español es esta denominación, pues procede de Safarad (España para los judíos que durante siglos habitaron la Península), la inmensa mayoría de "judíos", hoy, pertenece al grupo askenazi y, por consiguiente, es de origen gentil.
Resulta evidente que si el Judaísmo falasha es negro, el de los askenazi no esta nada claro...
A menos que se busque la identidad judía en otra parte y no en la raza.
Fue la noticia que acaparo la atención de todos los medios informativos la primera semana de enero (1985): varios miles de miembros de una tribu negra etíope - los falashas -, de religión judía, fueron trasladados a Israel mediante un puente aéreo mantenido en estricto secreto durante dos meses.
La denominada "Operación Moisés" venía siendo preparada desde hacía siete años. Su objetivo ha sido trasladar a todo un pueblo primitivo desde las montañas de Etiopía hasta un país moderno.
Es impropio hablar de "repatriación", o de "retorno", porque los falashas ni son oriundos de Palestina ni nunca antes habían habitado esta tierra como pueblo o nación. Su "Judaísmo" es de signo religioso y nada más.
El trasplante de mas de 7.000 etíopes de religión judía al moderno Estado de Israel ha supuesto una travesía de 2.000 kilómetros, mediante una complicada operación que los sacaba de la región de Gondar, cerca de] gran lago Tana en el norte del país, los llevaba por los campos de refugiados del Sudan para pasearlos finalmente por diversos aeropuertos europeos (mayormente Bruselas, Basilea y Roma) hasta llegar a Palestina.
Aunque planeaba desde hacía tiempo, la Operación fue propiciada por las circunstancias trágicas y calamitosas que han azotado Etiopía en los últimos meses. Y no sólo Etiopía sino un buen número de países africanos.
El hambre devastadora, las escenas multiplicadas en la TV y la prensa, ha servido para movilizar a todo Occidente y le han dispuesto para volcar su ayuda en favor de esta nación africana.
Cuando el ministro israelí de asuntos exteriores, Isaac Shamir, visitó Washington el pasado verano (1984) manifestó al gobierno americano que Israel estaría dispuesto a "participar en la erradicación del hambre de Etiopía". ¿De que manera? "con el traslado masivo de falashas a Israel, vía Sudan". Al parecer los Estados Unidos han colaborado con ayuda financiera, con gestiones diplomáticas, y otros medios, para la realización de la llamada "Operación Moisés".
Según información del diario israelí "Yediot Ajaronot", unos 3.000 etíopes de religión judía murieron en las primeras etapas del viaje, al huir del hambre y adentrarse en Sudan. El primer proyecto de rescatar alrededor de 20.000 judíos etíopes se ha visto malogrado. Sin embargo, el trasplante de más de 7.000, la mayoría con síntomas de malnutrición, con malaria y disentería, ha sido toda una odisea.
El primer ministro de Israel, Simón Peres ha declarado que no regateará esfuerzos hasta que rescate todos los judíos negros de Etiopía. Por el momento, son 7.000 los falashas que han desfilado por Ascalón, al norte de Gaza, para comenzar el difícil proceso de adaptación a su nueva patria. Se calcula que otros 4.000 esperan en los campos de refugiados de Sudan y que en Etiopía quedan todavía cerca de 10.000.
LOS FALASHAS: UNOS ''JUDÍOS'' SINGULARES
Aunque para la opinión publica la existencia de los falashas ha sido un descubrimiento provocado por este masivo traslado en los dos últimos meses de 1984, la gente bien informada y los estudiosos se hallaban familiarizados con ellos desde finales del siglo XVIII, gracias a los trabajos del explorador James Bruce al ir tras las fuentes del Nilo. Al ser visitados en 1867 hace algo mas de un siglo, por judíos europeos se sorprendieron ya que imaginaban ser las únicas personas de religión judía del mundo.
El judaísmo practicado por los falashas en Etiopía difiere del considerado ortodoxo por el Judaísmo oficial. Sus prácticas ancestrales así como sus creencias se hallan emparentadas de alguna manera con las leyes levíticas, pero a las mismas se les han añadido un buen número de influencias no judías. Desconocen totalmente el idioma hebreo. Parece ser que su observancia de algunas reglas higiénicas de la Torah les ha librado de ciertas enfermedades que solían azotar a sus vecinos, según datos recogidos en informes y libros 1 desde hace años.
Para poder sor incorporados a la plena ciudadanía judía, los recién llegados a Israel tienen que someterse a ciertos ritos: un baño público y la extracción de una gota de [sangre?] a modo de circuncisión simbólica. Y este después que, tras largos debates político-religiosos, se dictaminara que los falashas podían ser considerados judíos y como a tales acogerse a la Ley del retorno. Los sefardíes apoyaron desde el principio esta decisión pero los askenazi se opusieron durante mucho tiempo. Sefardíes y askenazi son los nombres de las dos comunidades mayoritarias del Judaísmo moderno.
La llegada de estos extraños y singulares judíos esta provocando tempestades políticas en los medios tanto de la extrema derecha como de la extrema izquierda. La presidenta de la comisión parlamentaria israelí para la inmigración, Gheulah Cohén, del Partido Nacionalista, ha presentado nociones de censura entre el gobierno por esta cuestión, al igual que la diputada del Partido Ratz, Sulamit Aloni. Pero es en la calle donde se plantean mayores dificultades: la conmoción es grande en amplios sectores de la población; la ultraortodoxa como la mayoritaria indiferente todos se sienten turbados. La mayor parte de la población desearían un Estado laico, plural y abierto, en contraposición al "jomeinismo" rampante de los rabinos ortodoxos. En la ciudad de Eliat, en elgolfo de Acaba, se negó agua y electricidad a un grupo de recién llegados con el pretexto de los racistas de todas partes: "No queremos negros aquí". El alcalde de una ciudad de Galilea, Menahem Ariav, se quejaba recientemente de que los "etíopes, los negros, llegan como ladrones en la noche". Estas reacciones no tienen nada de sorprendente pasa quien recuerde que durante lucho tiempo las autoridades israelíes negaron el derecho de ciudadanía previsto en la llamada ley del retorno a los falashas, por mas que estos insistían alegando su religión judía. Repetidas veces, los círculos ultra ortodoxos del Judaísmo dijeron que estos etíopes no tenían nada de judíos.
De manera que, tras el pintoresquismo de estas noticias, asoma el verdadero problema que todavía se halla a debate en Israel: ¿Quien es judío? ¿Como determinar el "judaísmo" de una persona? ¿Cuestión de ascendencia o de creencia? ¿Tiene que ver con la fe o con la sangre? ¿Con la religión o con la etnia?
¿CUANDO SE HICIERON "JUDÍOS" LOS FALASHAS?
En abril de 1982, el escritor Baltazar Porcel resumía así sus impresiones después de un viaje por Israel: "Allí se discute mucho hoy que es ser judío, y si el judaísmo - etnia, cultura, religión e historia -no se halla en contraposición con el sionismo - ideario político, la misma creación del Estado de Israel-. Incluso en estos momentos el partido integrista "Agudat Israel" impugna en el Parlamento la famosa ley "¿Quien es judío?", pretendiendo borrar tal condición a diversas pequeñas comunidades extendidas por el mundo y que se autocalifican como judías. Por ejemplo, una etiope, los falashas. Son negros, son etíopes, pero se reclaman descendientes de quienes acompañaron a la reina de Saba en su fastuosa visita al rey Salomón. Entonces se habrían convertido, aunque sus practicas y creencias difieran en parte de las ortodoxas. Habiendo sufrido persecución en Etiopía, emigraron a Israel, donde les envuelve esa polémica.
Es imposible establecer científicamente el origen de los falashas. Leyendas y mitos suplen los datos desconocidos de la historia. Incluso la identificación de la Etiopía bíblica con la Etiopía moderna es problemática. Existen indicios para suponer que la Etiopía de que habla la Biblia se corresponde mas bien con el actual Sudan meridional, que en los tiempos bíblicos se conocía también como Etiopía.
No se sabe, en realidad, en que momento de la historia estas gentes abrazaron la religión judía. Las dos hipótesis mas verosímiles parecen apuntar a la estancia de soldados y al establecimiento de colonias hebreas en la Isla Elefantina, sobre el Mito, hace 25 siglos, desde donde irradiaría la influencia que llevó a la conversión de los falashas.
Otra hipótesis sugiere que la adhesión de estos negros a la Ley de Moisés sería el resultado del impacto que produjo en ellos el trasiego de los comerciantes judíos que viajaban secularmente desde el actual Yemen hasta el lago Tana en el nacimiento del Nilo.
En cualquier caso, los falashas son etíopes de religión judía, no de raza. Esto resulta obvio para los científicos y huelga toda discusión al respecto. Pero los medios de comunicación, mas atentos al sensacionalismo que a la veracidad de los hechos, han desencadenado los resortes de la fantasía y han lanzado titulares como estos: "La Operación Moisés, un proyecto para recuperar la tribu perdida de Israel", "La repatriación de una de las diez tribus perdidas de Israel". Y así del mismo tenor. Ha habido incluso quien han dicho que los falashas pertenecen a la tribu de Dan. ¡Hay que ver la de cosas que se le atribuyen a la tribu de Dan ¡Desde la paternidad del futuro Anticristo hasta la negritud de los falashas!
DEL JUDAISMO FALASHA AL JUDAISMO ASKENAZI
Paradójica en grado sumo es la situación de los falashas, pero no menos la del grupo askenazi. Paradójica la actitud de oposición de estos últimos juntos con otros sectores minoritarios de la sociedad israelí. Paradójica, y contradictoria, porque si es cierto que los negros etiope difieren del tipo corriente de judío y si es verdad que no son descendientes de Abraham, no es menos cierto que el askenazi tampoco lo es.
Si la identidad judía se basa en la raza, es decir: la raza semita y mas exactamente en los semitas descendientes de Abraham, Isaac, y Jacob entonces nos encontramos con el hecho incontrovertible de que muchos israelíes, la inmensa mayoría de los ciudadanos del moderno Estado de Israel, al igual que gran numero de los llamados "judíos" en el resto del mundo, no son tales judíos. En este punto su situación es exactamente la misma en que se hallan los falashas: judíos de religión pero sin una gota de sangre semita en las venas.
Tanto los antepasados de los falashas como los de los askenazi tenían una cosa común, pese a las diferencias del color de la piel: ni unos ni otros tenían nada que ver con la descendencia de Abraham. Convertidos a la religión judía, pero no de etnia judía.
¿Quien es judío? ¿Sobre que base determinar el "judaísmo" de una persona?
Ciertamente, la situación es paradójica.
El Judaísmo actual es el resultado de un complejo proceso hecho o disolución progresiva en el seno de los pueblos con los cuales han convivido así como de asimilación e incorporación de toda clase de elementos humanos y culturales varios. Maxime Rodinson, un lúcido intelectual judío, ha investigado sobre los aportes que el grupo humano tenido por "judío" ha recibido de otras naciones y razas. Y enumera los siguientes:
"El estado judío de Arabia del Sur, del siglo VI, sobre base árabe judaizada; el estado judío turco de los Jazaros (o Kazaros), en el sudeste de Rusia, en los siglos VIII-X, sobre base turca y ugrofinesa y con una considerable aportación eslava posterior) los judíos de China tan bien achinados; los judíos negros de Cochin al igual que los falashas de Etiopia, Etc.".
Desde el punto de vista antropológico, prosigue Rodinson, "basta recorrer con los ojos una reunión de judíos de origen diverso para apreciar la importancia de los aportes extranjeros".
¿Sera por esto que la acreditada "Encyclopedia Brittanica" afirma que no hay tal cosa como una raza judía ("There is no Jevish race")?
El grupo askenazi no solo es mayoritario en el Judaísmo contemporáneo sino que constituye su fuerza más poderosa e influyente. Este grupo es el creador del movimiento sionista que abanderó Th.Herzl a finales del siglo pasado y ha estado gobernando casi siempre en el moderno Estado de Israel. ¿De dónde procede el askenazi? ¿Cuales son sus orígenes?
En el siglo XII constituía solamente el 7'6% de la judería mundial. En 1965 sumaban once millones y representaban alrededor del 87% de los judíos del mundo entero.
La "Encyclopedia Brittanica" (ed. 1973, Vol.13, pp. 320-330) traza la ascendencia askenazi hasta los Jazaros, convertidos al judaísmo en el siglo VIII, un hecho que conmocionó a Occidente y que celebró el poeta judío español Judas Haleví de Toledo en el siglo XI (1073), en bellos poemas.
Los Jazaros se extendieron por todo el Este de Europa hasta Rusia. A partir del segundo milenio toman el nombre de askenazi.
Originalmente, este nombre servía para designar un pueblo que se menciona en Gn.l0:3 y 1 Cr. 1:6. Se trata de los descendientes de Gomer, el tercer hijo de Jafet.
El termino askenazi que primero aludía a las gentes del norte del Eufrates se extendió por obra y gracia de las migraciones sucesivas a la actual Turquía, Rusia, y sobre todo a los grupos de origen Jazaro y de religión judía que habitaban en Alemania, Polonia, Hungría, Lituania, etc. De allí emigraron después a todo el mundo. Si algo esta claro y fuera de toda duda es que estos "judíos" no son semitas sino jafetitas; no son descendientes de Abraham, ni siquiera de Sem, sino de Jafet. Con excepción de la minoría sefardí, de origen español es esta denominación, pues procede de Safarad (España para los judíos que durante siglos habitaron la Península), la inmensa mayoría de "judíos", hoy, pertenece al grupo askenazi y, por consiguiente, es de origen gentil.
Resulta evidente que si el Judaísmo falasha es negro, el de los askenazi no esta nada claro...
A menos que se busque la identidad judía en otra parte y no en la raza.
El error en una religion, es sin duda llevarlo a la ortodoxia, lo mas prudente seria aceptar las cosas que estan mal o que talvez han sido mal interpretadas.
ResponderEliminarLa ortodoxia solo conduce a genocidios como las cruzadas del vaticano, la segunda guerra mundial, Israel dentro del Estado de Palestina, etc.
Muy bueno el comentario bien fundamentado, destaco cómo se describe la conformación del grupo askenazi que hoy maneja de un modo hegemónico el estado de Israel, otros judíos de China, Etiopía o el Magreb con sus identidades culturales "diferentes" al resto de la comunidad "dominante", son la muestra de cómo el judaismo deja de ser una cuestión étnica y se circunscribe como un proceso histórico con todas las tensiones que ello implica.
ResponderEliminarEn una región tan alejada como la Puna Jujeña, todavia subsisten prácticas que podríamos definirlas como "típicas judías" matrimonio entre parientes de segundo y tercer grado, canciones infantiles, circuncisiones improvisadas por citar algunas, esto viene sucediendo en etapas anteriores a la incorporación del territorio a la Argentina
Muy bueno el comentario bien fundamentado, destaco cómo se describe la conformación del grupo askenazi que hoy maneja de un modo hegemónico el estado de Israel, otros judíos de China, Etiopía o el Magreb con sus identidades culturales "diferentes" al resto de la comunidad "dominante", son la muestra de cómo el judaismo deja de ser una cuestión étnica y se circunscribe como un proceso histórico con todas las tensiones que ello implica.
ResponderEliminarEn una región tan alejada como la Puna Jujeña, todavia subsisten prácticas que podríamos definirlas como "típicas judías" matrimonio entre parientes de segundo y tercer grado, canciones infantiles, circuncisiones improvisadas por citar algunas, esto viene sucediendo en etapas anteriores a la incorporación del territorio a la Argentina