jueves, 22 de julio de 2010

Extracto del libro "Los Niños del Sol" de George Wells Parker


AFRICA

En la mañana del mundo, cuando los dedos del Amor movieron las cortinas del Tiempo, nuestra lúgubre madre, Etiopía, tuvo su escenario. Fue ella quien cortejó la civilización y dio luz a las naciones. Egipto fue su primer nacido y a Ur de los Chaldees ella mandó a sus hijos e hijas, quienes esparcieron imperios en Asia como los insensibles vientos del otoño esparcieron las semillas de las flores. Al lado del Mediterráneo ella construyó Phoenicia (Fenicia), y en sus barcos con velas moradas ella mandó a sus hijos al azul Aegean, para allí encontrar Grecia, la maravilla de los hombres y la reina de la historia. Troy fue de ella (Etiopía), y desde esa ciudad en fuego voló la morena Aeneas, quien preparó el fermento para Roma, la ciudad eterna. Su espíritu llamó a Arabia y de los místicos desiertos surgieron los soldados negros del Islam, quienes soldaron al mundo en un nuevo imperio y cantaron sus canciones de amor y victoria en los valles de Andalucía. Desde las islas de todos los océanos, desde donde la Cruz del Sur se inclinó para besar las inquietas olas donde el Ártico mantiene en traílla su mundo congelado, sus manos han tocado. La religión, el arte, la literatura, la ciencia y civilización son suyas, y la eternidad vive en la calidez de su radiante manifestación. Yo he decidido llamar a los innumerables millones de sus descendientes, los Niños del Sol.

...En la actualidad no hay un simple libro en la lengua inglesa que hable de los maravillosos trabajos de los Arqueólogos en África, Asia y Europa, siendo estos trabajos los que han vindicado la raza Africana como la fundadora real de la civilización humana. En el año 1873, Herr Reinisch, un egiptólogo de Viena, sorprendió a los estudiantes europeos diciendo que no sólo los egipcios eran de origen Africano, sino que "todas las razas humanas del mundo antiguo, de Europa y África, fueron descendientes de una simple familia, la cual se asentaron originalmente en las orillas del África Ecuatorial." En aquel tiempo la ciencia de las razas humanas estaba en su infancia y sus estudiantes no estaban preparados para aquella aserción arrebatada. Todo tipo de especulación y teorías ridículas eran frecuentes, y se esperaba que esta doctrina de Reinisch pasaría con los caprichos del día. Así todo, después de treinta y cinco años, la Universidad de Pennsylvania reporta una expedición arqueológica remarcadamente próspera, se dice, que completamente derrocó los establecidos patrones, no sólo de la historia sino de la etnología también. La universidad nos asegura que el arte Negro es primariamente original y que esa civilización probablemente nació en las regiones de los grandes lagos del continente Africano.

África es el enigma de todos los continentes. Continúa siendo la tierra del misterio y muchas sorpresas esperan todavía aquel aventurero que viaja sus largos pasos perdidos en búsqueda de conocimiento…

La excavación que estaba bajo la dirección de la Universidad de Pennsylvania está situada en las regiones del Bajo Nubia y en la vecindad del antiguo asentamiento del Gran Imperio de Etiopía. La tradición es que Etiopía es la madre de las naciones y que ella amamantó y empinó no sólo Egipto, sino muchas de las naciones de Asia e incluso ella dio a Grecia sus dioses, leyes y civilización. A pesar de que Ridpath (según sus editores era un historiador popular pero no certero) clasifica a los Etíopes como blancos, se puede ver que su nombre (Etiopía) es un nombre griego que significa "aquellos de rostro oscuro", y la frase "to wash the Ethiopian white (blanquear al etíope)" que fue una expresión proverbial que los antepasados usaban para referirse a un propósito inútil. El verso hebraico ¿"Pueden los etíopes cambiar su piel o el leopardo sus lunares?" Es otra verificación de la realidad de que los etíopes de hace siete mil años atrás fueron lo mismo que los etíopes actuales. Grecia parecía tener respeto por Etiopía que casi se convirtió en una reverencia. Para ellos, Etiopía fue el hogar de gente divina, y de Etiopía vino su gran dios Zeus… Se ha escrito que "cuando los griegos conocían muy escasamente a Italia y Sicilia por sus nombres, la civilización y mitología del etíope suministraba a sus poetas un tema de descripción elevada." Dioduros nos dice que ellos (los etíopes) fueron los inventores de las ceremonias, sacrificios, asambleas solemnes y todos los honores dados a los dioses. Herodotus los considera como una raza maravillosa y los Hebreos les rindieron elevado tributo en sus escrituras sagradas. Existió una relación muy cercana entre los egipcios y los etíopes. En ningún estudio se ha comprobado que ellos hablaran la misma lengua, pero se puede observar que sus jeroglíficos son los mismos. En religión su relación fue incluso más pronunciada. Los dos tienen el mismo sistema de adoración y culto, las mismas órdenes sacerdotales, las mismas ceremonias y procesiones. Las imágenes de los dioses en algunos tiempos fueron transportadas por el Nilo desde sus templos egipcios hacia los otros en Etiopía y después del festival se transportaban de regreso a Egipto. Muchas veces en la historia de Egipto el país ha oscilado entre diferentes dinastías etíopes.

Hay otras cosas que hace Etiopía ser grandiosa no sólo en la antigüedad sino en los tiempos presentes. Esta tierra ha sido una de las pocas que nunca se ha humillado a un conquistador y su gobierno es el más antiguo conocido en la historia de la humanidad, contando a China. En el Kebra Negest, en el registro oficial de la familia real, aparecen los nombres de los reyes en una sucesión interrumpida desde los tiempos de Salomón hasta el presente, y solo en un sueño de fantasía se puede llegar a los primeros tiempos de esta línea de monarcas negros. Si es verdad que los gobiernos son instituidos entre los hombres para la promoción de la felicidad y bienestar, entonces este imperio es una de las pocas naciones del mundo que se ha acercado a la realización de este ideal. Su sistema de gobierno es comunal. En toda su historia, Etiopía nunca ha conocido nobleza hereditaria; y la casta de sacerdotes nunca existió. Entre el gobernante y el pueblo no puede haber nada, y cada cual puede aspirar igualmente a los honores del estado y la mayor dignidad del sacerdocio.

Entonces digamos, que verdaderamente, ellos fueron los primeros en concebir los verdaderos principios de la libertad humana universal y fundadores del primer gobierno con la base de la verdad eterna de que todos los gobiernos deben mostrar un poder justo para poder partir del poder del gobernado. Desde el amanecer de su historia hasta ahora la mujer ha sido igual al hombre, y en no tierra hasta el presente las imágenes de la felicidad doméstica han jugado una gran parte como paso en la Etiopía antigua…

…Juba, el rey y escritor Numidia dijo: "Los etíopes afirmaban que Egipto es una de sus colonias; hay un fuerte parecido entre las leyes y costumbres de ambas tierras; los reyes usan el mismo tipo de traje y el uraeus adorna su diadema."

Hay mucho para substanciar acerca de esta cercana relación. Consultando las inscripciones encontramos que sin excepción el sur siempre viene primero. Los reyes del sur siempre son mencionados antes que los reyes del norte. En las descripciones mitológicas leemos que Horus primero residió en el sur, y después viajando por el río, conquistó la tierra llegando tan lejos como el mar. Los egipcios nunca miran en la dirección por donde su dios vino.

Para sumar los resultados obtenidos y las conclusiones que se pueden asumir por los estudios de los monumentos egipcios y sus restos, no mejor cita se puede usar que una hecha por el Dr. Rudolph Virchow, el famoso fundador de la rama de la medicina conocida como patología celular. A este eminente científico se le encargo por la Asociación Antropológica Alemana ir a Egipto y estudiar los monumentos, los templos, estatuas y los demás restos de la civilización Egipcia; además de brindar una autoritativa decisión relacionada con las relaciones raciales de los egipcios. Él permaneció en Egipto dos años y en agosto 5, 1889, él presentó sus respuestas a la Asociación. Su cita empezó:

"Yo pensé que podía encontrar, utilizando examen comparativo de lo que todavía permanece, los restos, las pinturas, algunos elementos que establecieran algún cambio entre los egipcios del Egipto antiguo y los del presente, pero ha regresado con la convicción de que el antiguo Egipto y sus vecinos no han cambiado esencialmente durante todos estos períodos. Si Menes realmente existió, entonces los egipcios de su tiempo eran Negros, pues los viejos murales de las pinturas enseñan a Negros con todas sus peculiaridades." A casi idéntica conclusión llegó Edouard Naville, el famoso francés arqueólogo, quien chocó al mundo algunos años atrás con el descubrimiento de la tumba de Osiris, ahora una de las más maravillosas ruinas de Egipto. En sus lecturas acerca "El Origen de la Civilización Egipcia", presentadas al Instituto Real de Antropología, él compara todas las grandes teorías acerca del origen de los Egipcios y después de revisar sus propias conclusiones de muchos años de estudio, dijo: "Egipto pertenece a una nación formada por indígenas de origen Africano, entre los cuales se asentaron conquistadores provenientes de Arabia, el mismo punto de partida de los Chaldeans (Caldeos provenientes Caldea.) Esto explica la similitud entre Egipto y Babilonia. El elemento exterior fue no Semítico. Ellos provienen, como los nativos, de un origen Hamitic (descendientes de Ham); por eso ellos se amalgamaron facilmente con los aborígenes, entre los cuales ellos infundieron su espíritu más progresivo y activo. El amanecer de la civilización Egipcia es ciertamente una prueba distintiva de la parte importante que África ha jugado en la historia de la cultura humana."

Las ideas religiosas de alguna gente muchas veces nos llenan con evidencias más o menos concluyentes de sus relaciones raciales, y muchos escritores hoy, quienes no se acercan a Egipto más que las sillas de la biblioteca, muchas veces tratan de probar que por qué ciertas cosas del sistema religioso Egipcio se asemeja a los sistemas de otras naciones, por eso, los egipcios deberían ser otra raza que la africana. Todavía aquí ellos no se dan cuentan, o pasan por alto la realidad más grande de todas. La vieja idea de que el hombre fue hecho en la semejanza de su Creador se manifiesta en todos los sistemas de culto religioso, y sus dioses son siempre representativos de sus adoradores. Por eso, cuando M. Maspero nos informó en su inestimable trabajo acerca de la religión Egipcia que Osiris, el dios supremo de Egipto, fue "hermoso de rostro, pero con una deslustrada, oscura complexión," entonces es probable concluir que su color por ende es el color de sus adoradores. Sí, entonces, la piel negra fue de alguna manera desdeñable a los antiguos egipcios; si los hombres de ese color fueron conocidos para ellos sólo como sirvientes y esclavos; si ellos fueron entonces Libios de piel blanca o Semitas de piel amarilla, sería entonces difícil creer que los egipcios le darían características negras y piel negra a la personificación de la más alta concepción de la mente humana-ese poder infinito e inescrutable que manda omnipotente sobre todos los hombres y dioses, quien imperio abarca la tierra y los mares, las estrellas y soles eternos, y que se alarga hacia todos los confines del magnífico universo! Habrá muchos que a pesar de todo lo que se ha escrito no tienen la voluntad de aceptar lo que ha pasado anteriormente como concluyente. Los hombres son falibles y las religiones son cuestionables, y sus planteamientos puede ser que no puedan ser probados absolutamente. Pero si hay pruebas mayores que esto, pruebas dejadas en madera y piedras que han desafiado los abatares del tiempo. Desde los paneles de madera del periodo mítico de Menes a las estatuas de piedra de la última dinastía han nacido eternos testimonios de la raza que trabajó para realizarlos. Ya sea en madera, piedra graniza o granite, en el colosal corte en los flancos de las montañas de piedra de arena o en las imágenes de sus dioses y reyes grabadas en las piedras de los anillos con estampillas, la figura del Negro es por siempre visible. Si estos negros hubieran sido esclavos, ¿Por qué sus figuras han sido inmortalizadas en resistentes monumentos por una nación con eternos testimonios de su ilimitado orgullo y su inmensurable gloria?

¿Y debe el hombre alguna vez cansarse de esos monolitos que se sitúan silenciosamente al lado del Nilo? ¿Alguna vez la paciencia levantará de nuevo aquellos pilares tan vastos como los de Karnac, o el amor trinchará tan monstruosas tumbas en la tranquilidad de las rocosas colinas?

"Times mock the world" (El tiempo se burla del mundo) dice un proverbio árabe, "pero las pirámides se burlan del tiempo." Con esa persistencia que viene del orgullo, ellos cortaron miles de maravillas del granito del alto Nilo y por su amor al reposo que habita en la calma monumental ellos personificaron su mayor concepción en aquella figura solitaria que se sitúa hoy como el mayor y más extraordinario monumento que cualquier hombre haya cincelado. Esta es La Esfinge (The Sphinx), de quien Ebers dijo: "En el presente día ha adquerido un horrible aspecto Negro rapidamente desde que perdió su nariz." Él debería haber explicado más adelante que la Esfinge siempre tuvo el aspecto Negro, y que ese es el rostro de Horus, hijo de Osiris, el gran dios negro del antiguo Egipto. Pero Ebers es el primero que conozco que haya llamado a ese calmado, tranquilo, sereno rostro "horrible." Debe ser que ese sentido de la visión está mal usado por aquellos que ven en ese perfil Negro una contradicción a todas sus filosofías étnicas, pero dejémoslo así…

Como flores han nacido en una tumba, así han crecido los mitos alrededor de estas tumbas solemnes. Osiris, el gran, buen rey de Egipto, fue asesinado por Typhon, uno de pelo rojo, rostro blanco y ojos azules. Typhon intentó de poseer el trono y a Isis, la viuda del rey asesinado; pero Horus, el hijo de Osiris e Isis, se opuso a él y lo expulsó de Egipto. Y porque la gente estaba temerosa de que el enemigo regresara Horus se transformó en la Esfinge y se mantuvo vigilando por si regresaba Typhon. ¿Y quién puede decir que la vigilancia no se ha mantenido? Por miles de años, Egipto ha habitado felizmente en el Valle del Nilo… Egipto ha vivido y ha jugado un papel en el maravilloso drama humano. Pero yo creo que la memoria que tenemos de él mantiene una lección para muchos, y esta es que aquí han habido y habrá grandes potencialidades en esta raza que ha dado Egipto a la suma de las cosas humanas. Quizás aquel sabio hebreo estuvo realmente inspirado cuando él dijo que en los días venideros los hijos de Etiopía y Egipto alzarán sus manos y devolverán a su raza inmortal la gloria que permanece dormida y olvidada.

(Fragmento del libro escrito por George Wells Parker. The Children of the Sun fue publicado por primera vez en 1918 por el Hamitic League of the World con la intención de brindar a la luz oscuros y significantes trabajos por y acerca de los descendientes Africanos.)

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